Abstract
De acuerdo con los índices de inseguridad alimentaria, las cifras del noreste de la Amazonía colombiana y de los pueblos Indígenas del Vaupés son alarmantes. Según la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ENSIN), que orienta las políticas de seguridad alimentaria y nutricional en Colombia, para 2015 las tasas de inseguridad alimentaria en el país era del 54,2%, y de esa cifra el 77 % era población indígena. La encuesta que ha sido trabajada 3 veces con un intervalo de 5 años ha presentado cambios constantes en su formulación, aplicación y análisis; con 10 años de resultados y caracterizaciones sobre el deficiente desarrollo nutricional de niños, jóvenes y adultos mayores indígenas del departamento del Vaupés, podemos decir que esta afirmación se fundamenta en el análisis cuantitativo como cualitativo sobre el uso rural de la tierra del país y los hábitos alimentarios de los indígenas. Sobre esta hipótesis, se dice que el fortalecimiento de la seguridad alimentaria se fundamenta en “el derecho de toda persona a tener acceso a alimentos sanos y nutritivos, en consonancia con el derecho a una alimentación apropiada y con el derecho fundamental de toda persona a no padecer hambre”[1], lo que plantea la identificación en una cartografía del hambre y el acceso igualitario a derechos, en este caso, en un contexto de frontera espacial y de diversidad cultural. Este artículo tiene como objetivo, analizar uno de los Programas de Seguridad Alimentaria aplicados en contextos indígenas de la Amazonía Colombiana como una cartografía simbólica (Santos, 1988), definida como orientación y representación de la alimentación de los indígenas del municipio de Mitú, en el departamento del Vaupés (Colombia), y las divergencias en la apropiación y transmisión de funcionarios y beneficiarios con la práctica de la Investigación Acción Participativa (Borda, 1972).[1]Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria MundialDe acuerdo con los índices de inseguridad alimentaria, las cifras del noreste de la Amazonía colombiana y de los pueblos Indígenas del Vaupés son alarmantes. Según la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ENSIN), que orienta las políticas de seguridad alimentaria y nutricional en Colombia, para 2015 las tasas de inseguridad alimentaria en el país era del 54,2%, y de esa cifra el 77 % era población indígena. La encuesta que ha sido trabajada 3 veces con un intervalo de 5 años ha presentado cambios constantes en su formulación, aplicación y análisis; con 10 años de resultados y caracterizaciones sobre el deficiente desarrollo nutricional de niños, jóvenes y adultos mayores indígenas del departamento del Vaupés, podemos decir que esta afirmación se fundamenta en el análisis cuantitativo como cualitativo sobre el uso rural de la tierra del país y los hábitos alimentarios de los indígenas. Sobre esta hipótesis, se dice que el fortalecimiento de la seguridad alimentaria se fundamenta en “el derecho de toda persona a tener acceso a alimentos sanos y nutritivos, en consonancia con el derecho a una alimentación apropiada y con el derecho fundamental de toda persona a no padecer hambre”[1], lo que plantea la identificación en una cartografía del hambre y el acceso igualitario a derechos, en este caso, en un contexto de frontera espacial y de diversidad cultural. Este artículo tiene como objetivo, analizar uno de los Programas de Seguridad Alimentaria aplicados en contextos indígenas de la Amazonía Colombiana como una cartografía simbólica (Santos, 1988), definida como orientación y representación de la alimentación de los indígenas del municipio de Mitú, en el departamento del Vaupés (Colombia), y las divergencias en la apropiación y transmisión de funcionarios y beneficiarios con la práctica de la Investigación Acción Participativa (Borda, 1972).[1]Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial