Abstract
La enfermedad de Parkinson es una afección neurológica crónica que se caracteriza por la presencia de anormalidades en el movimiento, tales como bradicinesia, rigidez, temblor, inestabilidad postural y trastornos de la marcha y del habla. En lo que respecta al tratamiento, por años ha sido aceptado que la terapia de reemplazo de dopamina es la opción a seguir rumbo a la disminución de los síntomas, lo cual implica la administración de fármacos como la levodopa y otros agonistas dopaminérgicos. El tratamiento crónico con levodopa o con agonistas dopaminérgicos se encuentra asociado con una diversidad de complicaciones motoras y no motoras secundarias, entre las que se suele añadir a la categoría amplia de desorden del control de impulsos. Dentro de ésta, la denominada conducta sexual compulsiva, que incluye a la hipersexualidad y las parafilias, encuentra un incremento del riesgo de desarrollo, con importantes características ansiogénicas para los pacientes o sus familiares y con especial importancia dadas las dificultades legales y daños a terceros que podría suscitar. Por lo anterior, en esta revisión abordaremos brevemente las características de tales perturbaciones conductuales y su relación con la terapia de remplazo de dopamina en la enfermedad de Parkinson.