Abstract
El problema de la destrucción antropogénica de la naturaleza vincula en lo fundamental las nociones de “Antropoceno” y “ecocidio”. Este no solo implica un crimen contra la biodiversidad, sino también una forma de autodestrucción ambiental que involucra al ser humano. Una humanidad que en su desarrollo ha construido la historia y legado simbólicos avances sobre la base de la degradación del entorno es agente de esa naturaleza a la cual se enfrenta, así como (por extensión) el microcosmos incide en el macrocosmos en que está inserto sin encontrarse fuera ni ser independiente de él. El objetivo de este artículo es explicar cómo, gracias a la comprensión de la naturaleza y a la naturaleza misma en cuanto razón, es posible sondear a profundidad, desde el complejo global autodestructivo, la necesidad de una ecosuicidología. Para ello, presento el sentido y el significado filosófico del término.