Abstract
Hoy vivimos en un mundo emocionalizado donde las discusiones éticas, políticas o culturales y estéticas se ofrecen siempre en forma de emociones (y se legitiman por ser sentimientos o afectos) y es difícil encontrar un espacio para la reflexión razonada. Creo que atender a la reflexión de Hume sobre la estética nos puede ayudar aquí, pues aunque comienza su conocido ensayo “Of the Standard of Taste” con la asunción de que sobre gustos nada hay escrito, Hume permite construir un espacio de discusión (aunque no enteramente racional) acerca de cuestiones evidentemente sentimentales. Un espacio que se distingue por la conversación y la sociabilidad que supone esta: lo bello, como cualquier emoción, se educa en la charla que establecemos con quienes conversamos. No hay nada previo a la misma.
Publisher
Universidad Complutense de Madrid (UCM)