Abstract
El presente artículo estudia tres libros de Jazmina Barrera (México, 1988): Cuerpo extraño (2013), Cuaderno de faros (2019) y Linea nigra. Sin perder de vista que, como afirma la propia autora, un ensayo es un texto híbrido e inclasificable, este trabajo observa los rasgos del ensayo que permiten comprender cada libro en su singularidad, así como el universo al que pertenecen. De esta manera, se parte de una revisión de dichas características entre las que se encuentran su naturaleza experimental y juguetona (Bense), el afán por construirse a sí mismo a partir de lo que ya tiene forma (Lukács) y el uso de citas como técnica de apuntalamiento textual. Enseguida, tras revisar la disposición de cada libro, se aborda la intertextualidad tal como la entiende Genette, incluida en ella la écfrasis como una de las técnicas privilegiadas por la prosa de la autora mexicana. En este sentido, se observa la semejanza evidente que existe entre la escritura ensayística y el coleccionismo tal como lo han entendido pensadores como Walter Benjamin y Jean-Claude Nancy, es decir, como el deseo siempre insatisfecho de anular la distancia que separa al coleccionista de los objetos amados de convertirse en ellos. Se atiende también la resonancia semántica que ocurre entre imágenes relacionadas con la intersección entre la vida y la muerte, por una parte; y con la maternidad como reconocimiento y apropiación de la alteridad, por la otra. Este artículo identifica, finalmente, una poética donde el cuerpo biológico y el cuerpo textual son nociones intercambiables.