Abstract
En el artículo, se investiga la presencia de la lengua polaca en los textos de escritores y escritoras judíos/as latinoamericanos/as. Se interpreta, desde esta perspectiva, el cuento largo Oh gueto mi amor del guatemalteco Eduardo Halfon y las siguientes novelas: Poste restante de la chilena Cynthia Rimsky, Las cartas que no llegaron del uruguayo Mauricio Rosencof y Lengua vespertina de la argentina Perla Sneh. Los textos analizados relatan el viaje del narrador o la narradora a Polonia –es decir, a la tierra de origen de sus antepasados– durante el cual se ensayan diferentes maneras de establecer la comunicación con los nativos, cuya lengua se desconoce. De este modo, el polaco connota “lo incomprensible”, sirviendo también como metáfora de la incomprensibilidad de las atrocidades históricas. La mayoría de las veces los narradores y las narradoras acuden a la ayuda de un o una intérprete que filtra la información recibida y actúa de mediador entre ambas culturas, como ocurre también en el paradigmático documental Shoah de Claude Lanzmann. La presencia del polaco en los textos latinoamericanos escritos en castellano abarca desde los casos de una manifestación meramente residual (en forma de palabras sueltas o nombres propios) hasta una reflexión compleja sobre la posible inclusión del polaco como lengua de la escritura y su papel en la recuperación de la identidad e historia individuales. En el análisis, se toma también en cuenta la carga afectiva del polaco que resulta un idioma cuya neutralidad y objetividad –al menos en los testimonios sobre el Holocausto– se cuestiona.