Abstract
En repetidas ocasiones, los filósofos han dejado claro que la fragilidad humana es evidente. La pandemia del COVID-19 ha puesto en evidencia lo expuesto anteriormente y lo ha hecho a nivel global. Aunque algunos gobernantes han declarado que la pandemia ha terminado, la verdad es que todavía está presente. La pandemia ha demostrado que, a menudo, los gobernantes priorizan la economía y ponen en riesgo la salud de las personas. Actualmente, estamos siendo testigos del fenómeno del COVID-19 de largo aliento, el cual todavía no ha sido comprendido en su totalidad por los tomadores de decisiones y los profesionales de la salud.