Abstract
La política energética alemana de Angela Merkel durante la década de 2010, ha estado marcada por la acelerada implantación del plan para la transición energética (“Energiewende”), a raíz, sobre todo, de la crisis de Fukushima de 2011. Esta revolución del sector en el país, especialmente en lo referente al peso de la energía nuclear, ya que la misma se ha visto afectada por unas agresivas políticas de desnuclearización, es una de las banderas principales del programa. El plan ha implicado una agresiva desnuclearización a raíz de la crisis de Fukushima de 2011, quedando Alemania en la tesitura de sustituir una fuente de energía relativamente limpia por otras más contaminantes como el lignito y el gas natural, para compensar las disfunciones de las energías renovables, resultando en una paradoja dada la naturaleza “verde” del plan. Este artículo analiza el cambio en fuentes de energía, los impactos económicos privados, y de emisiones de carbono de la “Energiewende” de 2010 a 2020.
Publisher
Editorial Universidad de Sevilla