Abstract
El Atlántico sur, durante la segunda mitad del siglo XVIII, se convirtió en un espacio de conflicto al confluir intereses de las grandes potencias europeas. Como respuesta, la Corona española, a través de la Armada, realizó numerosas expediciones, como la de Antonio de Córdoba, que proporcionaron información de primer orden sobre rutas, recursos y pobladores. Estas descripciones sobre los “otros” permitieron avanzar en la diferenciación etnográfica y replantear interpretaciones antropológicas.
Publisher
Editorial Universidad de Sevilla