Abstract
El primer conservadurismo era una corriente política a veces reacia a comunicar sus ideas de manera directa, por lo que frecuentemente se expresaba a través de la historia y de la erudición. Desde las primeras descripciones jesuitas de la India en el siglo XVI hasta el ocaso del misticismo histórico-romántico trescientos años después, este artículo narra la historia de la utopía clásico-indianista que acabaría transmitiendo los ideales del primer conservadurismo religioso. El texto examina, entre otros temas, la indología jesuita, el romanticismo alemán, la política educativa rusa y el misticismo francófono histórico-romántico. En lugar de considerar al orientalismo y los estudios clásicos como el entretenimiento inconsecuente de una élite educada, el artículo argumenta que estas ocupaciones formaron una parte integral de la civilización europea decimonónica. La utopía clásico-indianista contribuyó a fundar la etnología y la lingüística comparada, a fomentar la erudición histórica y científica, a crear nuevas instituciones públicas y a establecer las humanidades frente al cientismo como las bases de la educación europea. Desde un punto de vista metodológico, el artículo propone igualmente esta utopía como la clave de un movimiento político y religioso cuyos ideales podrían de otra manera pasar desapercibidos o ser difíciles de vislumbrar.
Publisher
Universidad de Alicante Servicio de Publicaciones