Abstract
En este trabajo se analiza una discusión reciente sobre la naturaleza de los argumentos visuales en la que se empleó como caso de prueba un fallo judicial en el que la única evidencia de cargo fue una fotografía (People v Doggett, California, 1948). Se reconstruye de forma más completa y rigurosa la argumentación judicial para señalar los problemas de las dos concepciones enfrentadas, y sostener que el caso muestra que –en contra de lo que afirman los protagonistas de la discusión– no existen los argumentos visuales. A continuación, se examinan los presupuestos teóricos movilizados por el uso de fotografías en la sentencia, para llevar a cabo una primera aproximación no sistemática a las cuestiones que debería abordar una concepción general sobre el uso de las imágenes en la argumentación jurídica. En el caso de prueba se asume que las fotografías ingresan en la argumentación como afirmaciones sobre su contenido proposicional (significado) y en el proceso de toma de decisiones como los objetos de los que depende la verdad de esas afirmaciones (evidencias). También que existe una relación entre las distintas formas en las que una fotografía comunica su significado (mostrar p, representar p y sugerir p) y su fuerza probatoria. Para dar sentido a las distintas valoraciones probatorias que realizan en el fallo fue necesario explorar la posición teórica que permitiría justificar las distinciones en las que se basan, así como la forma de entender la percepción visual que presuponen. Si se acepta la naturaleza inferencial del proceso que permite ver algo al mirar una fotografía se podría exigir a los jueces y juezas la explicitación de parte de esos argumentos cuando justifican sus decisiones.
Publisher
Universidad de Alicante Servicio de Publicaciones