Author:
Kolousakis Athanasios,Kuchta J.,Bayarassou A.,Sturn V.
Abstract
Durante más de veinte años, la aplicación de la terapia con opioides intratecales y con bombas implantables es una opción recurrente para los pacientes seleccionados que presentan dolor maligno o dolor no maligno. Por lo general, la mayor parte de los tipos existentes de dolor deberán ser tratados mediante el uso de medicamentos que contengan opioides. De todos modos, los efectos colaterales adversos sistémicos asociados tales como la náusea, la constipación, el vómito y los riesgos de supresión del sistema nervioso central obstaculizan la aplicación de la terapia intravenosa u oral con opioides como un tratamiento único y de amplia aplicación. Las causas del dolor maligno que pueden representar una indicación de los sistemas intratecales del suministro de drogas incluyen: el dolor neuropático, el síndrome de la cirugía fallida de la espalda, el dolor axial de la columna vertebral, el síndrome de dolor regional complejo, el dolor difuso, la plexitis braquial, el dolor central, la terapia de estimulación fallida de la columna vertebral, la aracnoiditis, el dolor post-stroke, el dolor causado por heridas o lesiones en la columna vertebral y la neuropatía periferal. Debido a la proximidad existente a los sitios receptores, el efecto terapéutico de la aplicación intratecal de las drogas dura más tiempo mientras que el tipo de efectos colaterales adversos sistémicos se reduce. Previamente a realizar el implante definitivo de la bomba, el efecto terapéutico de la terapia con opioides intratecales se prueba con una bomba externa. Si el efecto en esta aplicación de prueba no es ni claro ni satisfactorio, entonces no se indica el implante de la bomba. En nuestros pacientes, mediante un seguimiento que superó los tres años, fue buena la reducción del dolor no maligno (asesorada mediante la aplicación de la Escala Análoga Visual, EAV), fue excelente la reducción del dolor (disminución del dolor del 50%) en el 71, 3 % de los pacientes, fue justa o clara en el 19, 8% de los pacientes (EAV, 5-6) o fue pobre en el 8, 9% de los pacientes (EAV, 7-10). Luego de tres años de tratamiento continuo, observamos problemas técnicos relacionados con el catéter (dislocación del catéter, obstrucción, doblez, desconexión o ruptura) en 17 de 165 pacientes. Fue muy raro el mal funcionamiento de las bombas (8 de 165 tipos de bombas) y también fue limitado a los tipos más antiguos de bombas. Los efectos colaterales específicos relacionados con las drogas y reversibles en la terapia a largo plazo con las bombas intratecales fueron desarrollados en 32 de 165 pacientes. En nuestra serie, el radio de concentración del fluido cerebroespinal (FCE) /serum principal para la morfina fue de 1/3000, lo cual explica el ritmo bajo que presentan los efectos colaterales sistémicos. Las dificultades de difusión locales en el FCE causan una distribución desigual e irregular de la morfina en el FCE. Por lo tanto, el efecto clínico está influenciado de manera marcada por la posición de la punta del catéter; un hecho que debería ser tenido en cuenta durante el implante del catéter.
La aplicación intratecal de las drogas es efectiva de acuerdo con los costos estimados y puede mejorar de manera significativa la calidad de vida de los pacientes seleccionados. En la aplicación de este método se necesita un entrenamiento intensivo así también como una conciencia colectiva acerca de las complicaciones específicas por parte de todas las personas que participan en el equipo que se dedica a recibir consultas así también como en el equipo que se dedica a realizar los implantes. Solamente en los centros especializados se deberán implantar las bombas para realizar la aplicación crónica con opioides intratecales.