Abstract
Los trastornos de la coagulación manifiestos con hemorragia, han sido una preocupación natural para el hombre a través del tiempo, quien instintivamente ve en el sangrado un signo de alarma que evoca una situación de enfermedad grave, e incluso que anticipa la muerte. Paralelamente, la medicina se ha mostrado interesada en entender los fenómenos hemostáticos en busca de clasificar y tratar las condiciones de hemorragia (coagulopatía) y de trombosis (trombofilia). Así, los avances desde finales del siglo XIX a la fecha, nos han llevado a dilucidar un sistema de coagulación muy complejo, que se relaciona de formas diversas con otras funciones fisiológicas como la respuesta inmune, los procesos de reparación tisular y la reproducción.