1. 1. La respuesta a la convocatoria a movilizarse el 3 de junio de 2015 sorprendió a las propias convocantes: un conjunto de veinte mujeres provenientes del periodismo, las letras y el mundo académico, que teníamos diversos grados de compromiso previo con el feminismo y que en su mayoría nos nucleamos originalmente en reacción al asesinato de Daiana García en marzo de ese año para participar de una “maratón de lecturas” contra los femicidios en la Plaza Boris Spivacow de la Biblioteca Nacional. Poco más de un mes después de dicho evento, el asesinato de la adolescente Chiara Páez volvió a nuclearnos para difundir esta convocatoria realizada inicialmente a través de Twitter para una manifestación el 3 junio, que se viralizó a partir de la adscripción de un amplio abanico de figuras del ámbito de la cultura, la política y los medios de comunicación, y de la ciudadanía en su conjunto. A diferencia de la manifestación del 2015, la del 2016 no fue organizada por un pequeño grupo de veinte mujeres sino que se convocó a organizarla en asambleas abiertas de las que participaron decenas de agrupaciones y organizaciones además de activistas independientes. Además del colectivo Ni Una Menos, en aquellas asambleas estuvieron presentes, entre otros: la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, la Campaña contra las violencias hacia las mujeres, las Socorristas en Red, la Red de Monitoreo para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en la Provincia de Buenos Aires, la Red Par (Periodistas con visión de género), AMMAR (Asociación de Meretrices Argentinas), la Red de Migrantes y Refugiados en Argentina, el Comité de América Latina para la defensa de los Derechos de la Mujer, AMARC (Asociación de Radios Comunitarias), Mumala (Mujeres de la Matria Latinoamericana), 100% Diversidad y Derechos y Colectiva Lohana Berkins; de partidos políticos y movimientos sociales: Movimiento Evita, Nuevo Encuentro-FPV, Mujeres CABA Frente Renovador, Pan y Rosas, Mujeres del FIT, Juntas y a la izquierda, las Rojas del Nuevo Más, La Gorini, Movimiento Popular La dignidad, Autodeterminación y libertad, Seamos Libres, Libres del Sur, Patria Grande, Frente Darío Santillán, Humanistas; y de sindicatos: AGD, ATE, CECSO, SITRAJU, FOETRA, UTE, FUBA, APA, Ferroviarias, ADEMYS, SIPREBA, etc.
2. 2. Cabe distinguir la igualdad a la que se refiere Rancière de aquello que se llamó “feminismo de la igualdad”. El autor se limita a considerar la igualdad como un presupuesto que subyace a cualquier ser parlante que toma la palabra, demostrando así la igual capacidad de cualquier ser parlante con cualquier otro ser parlante, esto es: demostrando que cualquiera es capaz de acción política. Con respecto al debate en torno a los feminismos de la igualdad o la diferencia, puede consultarse: “En la variedad está el gusto. El feminismo, entre la pluralidad y la reafirmación de los compromisos comunes”, de Granados Barco, Adriana (2016). En nuestro abordaje, esta distinción no es relevante porque Rancière deja de lado el debate sin salida entre universalidad e identidad, sosteniendo que: “Mientras que la policía privatiza el universal y lo fija como ley general subsumiendo a los particulares, la política des-privatiza el universal y lo vuelve a jugar bajo la forma de una singularización” (“Método”). Dicha singularización podría estar vinculada a cualquiera de esas dos tendencias o inclinaciones.
3. 3. Las fotografías que no pertenecen ni a Leonardo Majluf ni a Martín Márquez fueron tomadas por mí en la manifestación de 2016.
4. 4. Ver: Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito <http://www.abortolegal.com.ar/>
5. 5. Cabe mencionar que la primera manifestación “Ni una menos” en 2015 tuvo como una de sus características novedosas que fue una movilización convocada a través de Twitter y Facebook, y que resultó un ejemplo de cómo, al decir de Susan Jacobson (2013), las redes sociales pueden tomar “el control de la agenda informativa de los medios masivos y sus correspondencias”, ya que, al poco tiempo, por la viralización que cobró en las redes, los principales medios de comunicación comenzaron a hacerse eco. O sea, el tema no fue impuesto verticalmente por la agenda de los grandes medios, sino al revés, y llegó hasta ellos por obra de la propagación virtual y horizontal.