Abstract
Instagram, red social de la imagen por antonomasia, encabeza la nómina de usuarios enmarcados en la Generación Z. Para los nacidos entre 1995 y 2012 esta plataforma representa el pragmatismo del autoconcepto: el espejo en el que reconocerse para darse a conocer en el contexto digital. La recreación de un alter ego virtual a partir de atributos autoasignados configura junto con las conexiones afectivo-emocionales y los vínculos sociales la identidad digital del individuo. Adiestrados en lo códigos inherentes a la imagen, los prosumidores Z encarnan el paradigma textovisual de la estética de la recepción caracterizados como sujetos activos y sociales que participan de la bildung virtual y que, a su vez, integran la comunidad instagramer. La idiosincrasia colectiva de esta red social, fundamentada en el binomio que forman identidad y cultura, justifica su uso como instrumento de movilización al servicio de la lucha feminista. En este sentido, Raquel Riba Rossy (1990), creadora de Lola Vendetta, proyecta en su doppelganger el sentir comunitario de la cuarta ola feminista. Sus viñetas, concebidas en el hipertexto, constituyen un catálogo del imaginario feminista cuya interpretación refrenda la práctica de la literacidad crítica.
Funder
Ministerio de Ciencia e Innovación