Abstract
Los paisajes culturales y el espacio social con sus plazas del espacio de negociación político, administrativo, abasto y religioso, se convierten en la materia prima para confeccionar escenarios posmodernos transformando los centros históricos en su uso y significado (Torres, 2015, p. 60). Realmente la oferta cultural del Centro Histórico de Culiacán es su unicidad arquitectónica y urbana social decimonónica pero muy limitada, dos plazas, dos museos, un teatro, una catedral, un santuario, dos mercados, un edificio universitario, una casa de la cultura, una galería de arte, un panteón, un paseo del arte, un corredor bajo, un puente que comunica al parque riveras donde se realiza el festival Yoreme y que concentran la mayor cantidad de actividades deportivas, recreativas posturísticas, este corredor comunicaba en siglo XIX por lancha a la parte norte de Culiacán (Verdugo, 1949).
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