Abstract
Introducción: en los pacientes que cursaron COVID-19 grave o crítico se ha descripto el uso de prednisona y rehabilitación musculoesquelética y respiratoria. No está claramente establecido el rol de estas intervenciones, ni el momento óptimo para su inicio. En este trabajo se muestran los resultados de la Unidad de Rehabilitación del Hospital del Banco de Seguros del Estado (URHBSE) que implementó un programa de rehabilitación integral y uso de corticoides en la etapa subaguda de pacientes pos-COVID-19 grave o crítico, con un enfoque sistematizado, trabajando desde la interdisciplina y centrado en la persona atendida. Se reportan hallazgos al ingreso, requerimiento de oxígeno, escala de Barthel, patrones tomográficos, uso de corticoides, su respuesta y complicaciones. Se describen los resultados de este enfoque sobre variables clínicas, respiratorias y funcionales.Material y método: estudio descriptivo, retrospectivo, de pacientes pos-COVID-19 que completaron la rehabilitación en la URHBSE, en el período comprendido entre abril y agosto de 2021. Datos obtenidos de revisión de historias clínicas. Análisis estadístico con PRISM (v8.2.1).Resultados: completaron el programa de rehabilitación 84 pacientes (tablas 1 y 2). Al ingreso a la URHBSE, 55% tenía dependencia total o grave en la escala de Barthel. No lograba marcha el 48%. Requería oxígeno el 89,2% de los pacientes con una media de saturación de 90,3 ± 4,8. El 25% ingresó requiriendo máscara con reservorio.Todos los pacientes que comenzaron el programa se encontraban en fase subaguda de la enfermedad (4 a 12 semanas), y recibieron un plan de rehabilitación integral e individualizado. El objetivo era alcanzar una situación funcional similar a la que presentaban previo al COVID-19. La duración de la internación en la URHBSE fue de 23,5 ± 13,8 días.A 76 pacientes (90,5%) se les realizó tomografía de alta resolución de tórax (TACAR), resultando patológica en 96,1%. Predominaba el vidrio deslustrado (49,3%), la consolidación en 8,23% y un patrón de tipo fibrosis like en 30,13%. Se detectaron alteraciones tomográficas “no típicas” de daño pos-COVID (derrame pleural, nódulos cavitados, cavidades apicales, etc.) en 11,8% de las tomografías. En dos pacientes (2,6%) se halló una aspergilosis pulmonar y en 6,6% tromboembolismo pulmonar.Recibieron prednisona 44 pacientes (52,3%). En 63,4% se suspendió el aporte de oxígeno en los primeros 15 días desde el inicio de prednisona. Encontramos asociación entre el patrón tomográfico con vidrio deslustrado y la suspensión precoz del aporte de oxígeno desde el inicio de prednisona (p = 0,047). A pesar del alto grado de colonización (tabla 2), incluso en aquellos casos en que utilizamos prednisona, no observamos infecciones por microorganismos colonizantes.
Comparando ingreso y egreso se hallaron diferencias estadísticamente significativas en los siguientes parámetros: el grado de disnea, el requerimiento de oxígeno (un solo paciente fue dado de alta con oxígeno), la saturación, el grado de instrumentación (traqueostomía, sonda nasogástrica, etc.), y la escala de dependencia de Barthel (tabla 3).En cuanto a las variables respiratorias solo contamos con el dato de la presencia de disnea de los primeros 35 pacientes, de éstos, 83% presentaba disnea al ingreso, mientras que solo 17% la presentaba al egreso (p < 0,0001). Hubo, asimismo, diferencias significativas en el requerimiento de oxígeno entre el ingreso y el egreso (p < 0,0001) y en el grado de dependencia medido en la escala de Barthel, teniendo dependencia total o grave al ingreso 55% de los pacientes y solo 3,4% al alta.Conclusiones: las intervenciones realizadas en la etapa subaguda de la enfermedad se asociaron con mejoras significativas en variables de interés clínico. Faltan más estudios para definir el rol y el momento exacto del inicio de los corticoides y la rehabilitación en este grupo de pacientes.
Publisher
Revista Medica del Uruguay