Abstract
El presente trabajo busca intervenir en una de las discusiones centrales del giro afectivo, la distinción entre afectos y emociones, especialmente en su relación con la cuestión del lenguaje. Para ello, aborda ciertos problemas relativos a la relación compleja pero crucial que hay entre el dolor y las palabras, poniendo el foco en el problema de la depresión. Necesitamos palabras para el dolor, pero las palabras también pueden profundizarlo. No solo se trata de que no faltan las palabras, sino de que hay muchas, en muchos casos compitiendo entre sí: no da lo mismo qué palabras usamos para nombrar el dolor. Con aportes de la tradición filosófica feminista y queer, y del campo interdisciplinario de estudios de traducción, el artículo plantea discusiones filosóficas y políticas sobre la pluralidad de las lenguas a la hora de nombrar, entender y experimentar el malestar, y sus implicancias para la distinción entre afectos y emociones.
Publisher
Universidad de Buenos Aires