Abstract
El desmonte del denominado grupo socialista, permitió a los países industrializados imponer a los países en vía de desarrollo, un modelo económico en el cual el mercado era el encargado de ofrecer a los ciudadanos los bienes y servicios que antes eran ofrecidos por el Estado. En Colombia el presidente Cesar Gaviria, al tiempo que en las urnas se elegía una Asamblea Nacional Constituyente, encargada de reformar la Constitución política de 1.986, instaló la comisión para la modernización del estado. Con la promulgación de la Constitución de 1.991 se dio mayor importancia a la garantía de los derechos ciudadanos y se establecieron mecanismos como la tutela para la garantía de los mismos; sin embargo, la mayor transformación estuvo relacionada en la manera como el Estado debía atender las demandas de sus administrados. Bogotá no fue ajena a estos cambios, desde las primeras administraciones de la década de los noventa, se inició el desmonte de las entidades distritales, se transformaron los hospitales de la red pública distrital, se disminuyeron las plantas de personal y se pretendió reducir la función pública a la mínima expresión; sin embargo, con la elección de la primera administración de corte progresista se dio prelación a saldar la deuda que tenía la ciudad con sus habitantes, se incrementó la inversión social, se empodero a las ciudadanas y ciudadanos para que empezar a hacer uso de sus derechos y se inició un proceso para recuperar el papel preponderante de las instituciones públicas frente a las demandas de sus habitantes.
Publisher
Editorial Pontificia Universidad Javeriana
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