Abstract
En años recientes se ha puesto énfasis en el estudio del zapatismo fuera de Morelos. Uno de los lugares donde se puede advertir la llegada de este movimiento y el desarrollo de sus ideas es la zona de Tenancingo, en el Estado de México, cuya ubicación geográfica fue estratégica e importante en el periodo porque formó parte del corredor de comunicación de los grupos revolucionarios. Ponemos atención en las expresiones de bandidaje y disidencia que convergieron y se entremezclaron con las actividades de los zapatistas. Se reflexiona sobre las distintas narrativas que se construyen a partir del análisis de estos actores sociales en donde se ubica dos polos: la contrainsurgencia y la insurgencia.