Abstract
Los estudios de ciencia y tecnología (STS) han replanteado nuestra comprensión de la ciencia y sus implicaciones en el tejido social. Sin embargo, se ha evidenciado una marcada tendencia de explorar con mayor detalle las ciencias naturales y las grandes producciones tecnológicas, dejando de lado las ciencias sociales donde no abundan los artefactos técnicos. El objetivo de este artículo es hacer un recuento de la evolución de este campo disciplinar para mostrar el origen de sesgo y reflexionar sobre sus implicaciones filosóficas. Asimismo, se apelan a algunas tesis de la teoría actor-red (ANT) y la ontología orientada a los objetos (OOO) para proponer la noción de técnica (especialmente las técnicas intelectuales) como una unidad de análisis alternativa que le permita a los STS superar ciertas predilecciones materialistas y aproximarse de mejor forma a las humanidades.