Todo está en este sitio, todo lo pasado ya, tanto, imposible de recordar. Sobre la calle Falls un niño corre en sandalias con el pan. Ríe levemente, como si la libertad fuera este silencio, la mañana rutinaria, la madre que lo espera para servir la mesa. Decenas de muertos a una edad ligeramente superior a la suya lo contemplan desde las paredes que nadie parece atreverse a sepultar con cal. Como la memoria de la primera infancia, sus olores, esas pinturas se graban en la mente del niño que corre. Él corre a casa, y está abierta la puerta, yen el íntimo jardín delantero se acumulan sus juguetes, unas flores de plástico, y están pegados sus dibujos en la ventana. Cuánto vale esta paz opaca, sus sandalias sonando sobre el asfalto desparejo, cómo describirá la dignidad este niño cuando crezca, cuando se pregunte por los muertos de las paredes, el silencio, el dolor en sordina de los vecinos....