Abstract
Los objetivos asumidos internacionalmente en relación con los retos sociales y medioambientales, sumados a las respuestas a la pandemia de COVID-19, han apuntado hacia la necesidad de reducir la movilidad en vehículo privado y articular estructuras de proximidad en las ciudades. Esta tarea no debe eludir la demanda de movilidad que genera la propia configuración funcional de las áreas urbanas tras los procesos de expansión metropolitana de las últimas décadas. El presente trabajo analiza, a partir de datos de movilidad, la evolución de las centralidades comerciales y de ocio en el área urbana de Madrid entre 1996 y 2018, y sus efectos sobre la proximidad, la utilización de modos de movilidad sostenible y la distribución socio-espacial metropolitana. Los resultados señalan una notable transformación de la estructura funcional en este periodo, en un sentido desfavorable para los objetivos apuntados. Respecto a 1996, las centralidades basadas en la movilidad peatonal y la proximidad han perdido peso relativo y relevancia, mientras que han adquirido centralidad nuevas piezas periféricas altamente dependientes de la utilización del vehículo privado.