Abstract
Este artículo explora los aprendizajes políticos en un conjunto de jugadores de Frostpunk, con el fin de entender la forma en la que los videojuegos funcionan como herramientas de socialización política. Frostpunk es un videojuego de construcción de ciudades con ambientación postapocalíptica en la que el jugador dirige a un grupo de refugiados y participa en un proceso de escalada autoritaria del Estado. A través de un análisis de entrevistas y cuestionarios abiertos, se observa que las expresiones de afecto y preocupación hacia los ciudadanos virtuales identificadas al inicio de las partidas mutan en una justificación de la escalada autoritaria derivada de la frustración y la infantilización de éstos. De ese modo, los resultados apuntan a que Frostpunk funciona como herramienta de socialización política, generando aprendizajes políticos autoritarios que son preocupantes en un contexto de degradación democrática.