Resumen
El hígado es un órgano implicado en múltiples funciones orgánicas. Debido a su localización anatómica y sobretodo a su anatomía vascular especial, con llegada a su parénquima de flujo venoso portal proveniente de intestino y bazo principalmente y de flujo arterial a través de la arteria hepática formando parte de la circulación sistémica, hace que el hígado esté especialmente expuesto a diferentes agentes patógenos, principalmente de origen viral, sin poder olvidar a las infecciones bacterianas, parasitarias y fúngicas. La importancia de este hecho hace que el gastroenterólogo cuando está evaluando a un paciente con hipertransaminasemia, además de descartar las principales causas de las misma, en función del contexto clínico y de los datos epidemiológicos, recuerde la necesidad de descartar causas infecciosas menos habituales que podría justificar una alteración del perfil hepático que en ocasiones puede representar cierta gravedad, sobretodo si no se diagnostica y se indica el correcto tratamiento específico que incluso, a veces, requiere de tratamientos invasivos o cirugía. Revisaremos las principales causas infecciosas que pueden producir daño hepático, sin considerar a los virus hepatotropos, es decir, los virus no hepatotropos, bacterias, parásitos y hongos.