Abstract
La presente reflexión plantea que el acceso al conocimiento científico es una necesidad para el desarrollo económico y social. Sin embargo, está limitado por la comercialización de la producción científica y la aplicación estricta del derecho de autor. En el contexto colombiano, la ausencia de nociones jurídicas equivalentes al “uso legítimo” o “trato justo” crean una brecha entre el nivel normativo y las prácticas de compartir de los usuarios, y particularmente de los estudiantes. El artículo analiza cómo el caso de Diego Gómez, un estudiante demandado por haber compartido una tesis demaestría, ilustra la tensión entre derecho de autor y necesidades sociales de acceso al conocimiento. Basado en un análisis de la evolución del casojurídico, de la campaña #CompartirNoEsDelito, y en entrevistas con los principales actores, explora la posibilidad de enmarcar las prácticas en unavisión inspirada por el uso legítimo. Se concluye que es necesario hacer adaptaciones legales que promuevan el acceso libre al conocimiento científico por parte de la academia.