Abstract
Dentro de la historia efectual del cartesianismo, la reflexión de Mary Astell a propósito del verdadero yo se descubre como una intervención relevante en la discusión sobre la definición del alma y su relación con el cuerpo. El trabajo se centra en la posición que adopta esta autora frente al dualismo y muestra cómo responde a un interés práctico: consolidar una estrategia especulativa que permita a las mujeres constituirse como sujetos autónomos contra la tiranía de la costumbre.