Abstract
Después de casi sesenta años, la teología de las realidades terrenas contenida en la primera parte de Gaudium et spes sigue siendo una prometedora fuente de reflexión. Como perspectiva que sintetiza la relación entre Dios y el mundo, recuerda al hombre su identidad misionera y el mandato de transformar el mundo. Sin embargo, el interés por esta perspectiva parece haber disminuido pocos años después del Concilio. Este ensayo examina el contenido de esta teología, busca destacar las posibles razones que han obstaculizado su desarrollo e identifica las condiciones para su recuperación.