Abstract
En las películas de Alfred Hitchcock, secreto e identidad personal se entrelazan de manera eminente. En sus elencos abundan personajes acusados de delitos que no cometieron, individuos con un pasado oculto, sujetos confundidos con otros, chantajistas que buscan lucrarse con secretos ajenos, agentes dobles, impostores y personalidades escindidas. En sus tramas nadie es lo que parece, todos esconden algo. La identidad es la suma de las máscaras, tal es su mensaje central: también somos lo que ocultamos. Aplicando el corpus teórico desarrollado por Georg Simmel, Erving Goffman, Umberto Eco y otros autores, en este artículo se intenta demostrar desde una perspectiva novedosa que la filmografía del director británico es una concienzuda puesta en escena de las interacciones creadas por la retención deliberada de información, tanto en lo público (secretos oficiales) como en lo privado (secretos personales y familiares). Tales interacciones, revela el análisis, se hallan atravesadas por un hilo rojo: la naturaleza maleable de las identidades. Al escenificar sus ambigüedades y paradojas, estos filmes rinden un valioso servicio a la mirada sociológica interesada en fenómenos en proceso de definición, como identidades falsas, robo de identidades y relaciones entre identidades online y offline.