Abstract
La medicina basada en evidencia es un proceso que busca integrar la evidencia generada por la investigación y la práctica clínica diaria, con el fin de optimizar los resultados para los pacientes (1). Se ha demostrado que su aplicación mejora la atención del paciente, específicamente en los estándares de cuidado y la comunicación médico-paciente (2). A pesar que la pediatría ha usado evidencia científica como base para sus prácticas por años, también se conoce que muchas intervenciones usadas diariamente son producto del conocimiento empírico, lo que potencialmente genera déficits en la calidad del cuidado provisto a los pacientes (3,4). La práctica basada en evidencia puede ser lograda de una mejor manera cuando es aplicada por equipos multidisciplinarios, que involucren no sólo médicos, sino un trabajo en conjunto con enfermeras, psicólogos, nutricionistas, epidemiólogos, ingenieros, biólogos, entre otros (5). Sumado a ello, actualmente existe un incremento anual de pacientes que requieren el apoyo de una coordinación compleja para el control y manejo de enfermedades y discapacidades. Los pacientes pediátricos con alguna complejidad médica sin duda requieren de equipos multidisciplinarios que permitan abordar sus necesidades de atención (6).
Publisher
Instituto Nacional Del Nino - San Borja