Abstract
Un desafío clásico para cualquier teoría de causalidad física basada en cantidades conservadas y formuladas en el marco de la teoría de la relatividad especial ha sido distinguir dos regiones, la de las relaciones causales genuinas y aquella de las que son espurias o no causales. En la teoría de procesos causales de Phil Dowe, esto se hace introduciendo un criterio basado en la posesión de una cantidad conservada, el que parecería deslindar de manera eficiente entre procesos causales y pseudoprocesos causales. Sin embargo, ante críticas sobre la insuficiencia de su criterio, Dowe ha propuesto modificar su ontología física e introducir, junto con los procesos y los pseudoprocesos, dos tipos de gerrymanders físicos, tanto temporales como espaciales. Aquí analizamos y criticamos, desde la perspectiva de la relatividad especial, la caracterización de estas cuasientidades y la necesidad teórica de hacer una distinción taxativa entre ellas. Esto implica una modificación fundamental de la ontología de Dowe y plantea otras dudas acerca de su motivación original.